Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
– 2 Corintios 12:9-10
¡Pablo se lanza contra el fundamento de nuestra cultura! ¿Puede imaginarse a alguien diciendo que la debilidad es mejor que la fortaleza/ ¿Puede imaginarse a personas famosas jactándose de sus padecimientos? Pablo dice: “me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias”. Parece un poco masoquista. ¿Por qué diría algo así?
Porque Dios tiene un propósito en todas esas experiencias dolorosas de la vida.
Pablo tuvo muchas experiencias dolorosas, entre ellas una enfermedad crónica a la que se refirió como: “un aguijón en la carne”. Le pidió al Señor tres veces que se la quitara pero Él no quiso hacerlo. En lugar de eso, le dijo a Pablo: “Bástate mi gracia”. Mi gracia es suficiente para ti. Mi amor y misericordia te permitirán seguir adelante.
Cada momento difícil de nuestra vida, cada enfermedad, afrenta, necesidad, persecución, angustia, es una oportunidad para que Dios manifieste su gracia suficiente. Cada momento de debilidad es una oportunidad para que Cristo muestre su poder. He aprendido eso una y otra vez. Cuando mi hijo tuvo un tumor cerebral, pasamos por una horrible experiencia desde el punto de vista humano. Pero pasé nueve días de ayuno, orando por mi hijo y experimenté la gracia más allá de toda descripción. Fue uno de los mejores momentos espirituales de toda mi vida. Cuando mi esposa tuvo un accidente automovilístico y se quebró el cuello, fue un terrible sufrimiento pero una vez más encontré que su gracia era suficiente.
Nunca se experimenta esa gracia hasta que se necesita. Usted pudiera preguntarse qué va a hacer cuando se enfrente a la muerte. Si es cristiano, puedo decirle cómo se enfrentará a ella, y lo hará bien. He visto eso miles de veces. En el momento en que lo necesite, su gracia será suficiente para usted. Pero no recibirá esa gracia hasta ese momento.
El Señor también le dijo a Pablo: “mi poder se perfecciona en [tu] debilidad”. ¿Qué significa eso?
Significa que, cuando atraviesa los tipos de pruebas en la vida que sencillamente no puede solucionar, usted se hace más dependiente de la fortaleza de Dios y no depende de la suya. Me gustaba alentar a las personas a confiar en Dios para algo tan grande que cuando sucediera ellos sabrían que solo Dios podía haberlo hecho. Bueno, a veces Dios trae esas grandes cosas a nuestra vida. Dios trae problemas a nuestra vida que solamente Él puede solucionar, asuntos que solo Él puede cambiar, de modo que nos vemos en situaciones de debilidad y desamparo. En esas ocasiones, la fuerza que encontramos es el poder de Dios y no el nuestro. Si Dios soluciona esos problemas o le da el rumbo apropiado a esos asuntos, podemos estar seguros de que fue Él y no nosotros.
El sufrimiento es una oportunidad para que Dios muestre su gracia y poder. Acepte su debilidad. Nadie es demasiado débil para garantizar el ser hecho poderoso pero muchos son muy fuertes. Si acepta su sufrimiento, verá la gracia y la fortaleza de Dios perfeccionadas en su vida.